Tengo miedo de la "y"

Cuando estaba en primero básico en clase de religión, le pregunte a la profesora retóricamente, porque yo me imaginaba la respuesta; "Profesora: ¿Por qué hace la "t" inclinada..." ella dice por la cruz al mismo tiempo que termino mi pregunta: "...como una cruz?".

Se calla unos segundos y me dice porque todo significa algo y dios esta en todas partes, incluso en las palabras.

Todos odiaban a esa profesora, a mi me era indiferente, pero para ser aceptado, hablaba mal de ella fuera de clases.

Llegué a mi casa me puse a leer y encontré una "i" "griega" o "y" y me di cuenta que era unos cachos y una cola, me dije igual que el diablo.
El al igual que dios también esta en las palabras por tanto, en todo lo que significa algo.
Afortunadamente hoy ya no soy católico, ese dios y ese diablo no existen para mi.
Pero si creo que lo "malo" y lo "bueno" están en todas partes; bailando, jugando y danzando constantemente, ya ni siquiera los llamo mal o bien, a los dos les puse un solo nombre: Vida.

En el futuro las historias sobre nuestra época serán así:

"Hace mucho tiempo existían pequeños pueblos llamados países, generalmente cada uno tenia su propio idioma y riqueza cultural, los mas cercanos geográficamente se asimilaban en aquellos aspectos. Muchos eran prósperos y otros muy pobres, pero se comunicaban entre sí, tuvieron algunas guerras grandes, pero largos momentos de paz, donde la fuerza de la naturaleza era la única que irrumpía la supuesta tranquilidad.
Como siempre y en cualquier lugar, existían países lideres, con mas desarrollo y mas poder económico, estos países de elite se comenzaron a organizar para conseguir hegemonía, los países mas pequeños se dieron cuenta de esto y comenzarón a organizarse también, se dieron cuenta que juntos formaban un gran poder.
Y de esta forma el mundo se resquebrajo algunos de estos bloques fueron absorbidos por los mas grandes, dada su baja capacidad de autosustentación.
Lo que sabemos de ese antiguo mundo es que somos herederos de su tecnología."

Lamentablemente los nietos de este longevo y venerable abuelo, no le creyeron palabra alguna.