Planetas fugaces.

La gente viene de diferentes planetas,
pero muy pocos de las estrellas fugaces,
cuando alucinamos pasajes
y alardeamos paisajes,
nunca antes vistos por el hombre,
sabemos que somos una fracción
de segundo en el universo.

Tan cálidos son nuestros brazos,
amantes nuestros labios, queridos, deseados,
una escultura que esculpir
en la lóbrega oscuridad del silencio
y un alma que despertar con el sexo0.

Sanciones, traiciones no conocemos
aquellas tocaciones, transgresiones
de la naturaleza de nuestra alma humana,
colores, visiones, desiertas vejaciones
coinciden con la rotonda del desamor,
apaciguado con otros amores más locos
e intensos que el merecido incienso.

Vagas relaciones mantienen rituales
ocultos en prisiones incontenibles latidos
tus miradas pasiones son restos retorcidos
de antiguos dones hechos pedazos
por la incertidumbre de la ciencia nueva
a costa de aquellos que mueren sabiendo
cual será su destino, un destino incierto.

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